lunes, 10 de junio de 2013

Aurore


 
En la esquina de Guido y Ortiz, de frente a uno de los muros de ladrillos del Cementerio de la Recoleta, estaba el restorán “Lola”, lugar súper sofisticado,  en el que se congregaban empresarios, políticos y sibaritas, especializado en comida francesa. Allí, con vista a las cúpulas de las bóvedas de familias poderosas,  se ofrecían platos como magret de pato, paté de ave y  tournedos de lomo, y postres como créme brulée y crepe Suzette. “Lola” cerró sus puertas definitivamente hace pocos meses, y apenas quedan fantasmas y recuerdos de aquel restaurante afrancesado, nacido en 1985, el año de “Una luna de miel en la mano” y del primer partido de rugby femenino en Argentina.


  A pocos metros de lo que queda de “Lola”, sentada en un banco, hay una chica rubia de pelo lacio y largo. Lleva puesta una polera blanca sobre una remera negra, y jeans.

-Hola, ¿cómo andás?-,dice, en un castellano impecable.

  Minutos después, en un bar sobre la calle Vicente López, también con vista al cementerio, Aurore Bar, francesa de Lille, ciudad del norte de ese país, nacida en….¡1985! cuenta su historia.

  “En Francia estudiaba Administración de Empresas, y tenía que hacer una residencia en el exterior para recibirme. Ya había hecho un viaje en 2006 a Perú, Bolivia y Ecuador, y me dije: ‘Ya que lo tengo que hacer, lo hago en América Latina’. Encontré una pasantía en Guadalajara, otra en Caracas y otra en Buenos Aires, y terminé acá. Mis amigos franceses ya me habían dicho que era una ciudad muy linda, parecida a Europa en algunas cosas, pero con otras de América Latina”, dice, mientras se pide una Quilmes. “Me encanta la cerveza, soy del norte de Francia y allí se toma mucho y se sabe mucho de cerveza”, agrega.

  De fondo, Bob Marley. Una camarera va de acá para allá, haciendo slalom con porrones, daiquiris y cafés.  “Allá en Lille habíamos armado un equipo con amigas, en la Universidad. Un amigo que estaba lesionado, nos dijo: ‘Si quieren yo las entreno’. Éramos todas más o menos deportistas. Le dijimos: ‘Bueno, dale’, pero medio en joda. Y así empezó.  Pero se desarmó el equipo, porque yo me vine para acá, otra chica se fue a Singapur, y así…”

  Ya en Buenos Aires, quiso seguir con el rugby en su sangre. “Al llegar acá busqué un equipo de rugby femenino. Quería hablar mejor español, y conocer más a la Argentina, y cuando practicás un deporte entendés más la cultura del país. Busqué club y me acuerdo que cuando llamé a Ciudad de Buenos Aires, la persona que me atendió al teléfono, al darse cuenta de que era francesa, me dijo: ‘Ah, querés aprender las técnicas argentinas para enseñarlas en Francia’” (risas). Ese llamado había sido pocos meses después del Mundial de 2007, con los dos triunfos de Los Pumas sobre la selección francesa.

  Suenan los celulares, y los ringtones de chocan con las voces de las personas, de las copas y de los taconeos de la camarera que sube y baja las escaleras. “Así llegué a Arpías, el equipo de rugby femenino de Ciudad de Buenos Aires, en abril de 2008, y estuve hasta fines de 2009, cuando el equipo se disolvió.  Nos quedamos sin club, pero seguimos entrenando en los Bosques de Palermo, hasta que fuimos a jugar el Seven de Olivos. Ahí apareció un chico que jugaba y entrenaba en DAOM, y se ofreció a proponerle al club tener rugby femenino”.  Y así llegaron esa chica de Lille y sus compañeras de esa época al club del Bajo Flores, cuyos colores son los mismos que los de la bandera de Francia y que jugó en la primera división del rugby porteño a principios de los ‘70.

  Nacieron entonces “Las Panteras” de DAOM. Y siempre con presencia internacional.  “Sí, de Canadá y de Estados Unidos,  hay una chica colombiana….pero de aquel grupo original de Arpías que vino a DAOM quedé yo nada más”, recuerda Aurore. “DAOM nos apoya mucho, el presidente del club conoce el nombre de cada jugadora. Con los varones de la primera división también está todo más que bien”, dice. Ahora “Las Panteras” son 18, entrenan dos veces por semana en el club y juegan el torneo anual de la URBA que comenzó a principios de mayo.  Queda un nombre en el recuerdo: “Sí, Flavia Pugliese, la mataron hace dos años”, rememora Aurore, y cuenta que el 14 de julio se hará una maratón en la localidad de Villa Sarmiento, en homenaje a aquella jugadora de DAOM y en reclamo de justicia para ese crimen.

  Aurore juega de medio scrum (en la foto es quien pasa la pelota desde el suelo) y se sorprende por el crecimiento del rugby femenino en Argentina durante los últimos años. “Es impresionante, porque también están creciendo las destrezas de las jugadoras.”. ¿Y algo malo de Argentina? “Ah, sí, que los hombres sean chamuyeros mal”, afirma, mientras el bar comienza a llenarse de gente…

2 comentarios:

  1. Muy buena nota, besos Aurore!! Gaby (GEI)

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  2. Me encantò! què producciòn AC! a seguir adelante con tan lindas notas!

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