lunes, 17 de febrero de 2014

Todo es historia

El Parque Rivadavia, llamado hace décadas Parque Lezica, es de los pocos espacios verdes en el barrio de Caballito, cada vez más tapado por edificios.  En ese lugar, también desde hace años florecen los amantes de las estampillas, algo que parece ya prehistórico, y vendedores de libros y revistas usadas.  Un domingo a la mañana,  entre los matrimonios que se aburren deambulando por la vereda para hacer tiempo hasta la hora de almorzar y algunos veteranos que juegan ajedrez en las mesas con los tableros de azulejos pintados en el cemento,  entre las montañas de hojas amarillentas aparecen siempre joyitas. A fin de cuentas, por más vida digital que querramos,  los libros no dependen de electricidad o baterías. Y allí está, en un cajón mezclado con discos de vinilo de Kiss, Serú Girán y Julio Sosa, con guías de colectivos del año 1928 y textos de Castellano, Geografía y Matemáticas,  el libro de Hugo Mackern “Historia del rugby argentino (1917-1930) y La Era de San Isidro. Gira británica de 1927”.

   “Freelance” se hacía llamar Mackern, a lo largo de los 50 años en los que escribió sus columnas sobre rugby en El Gráfico, por décadas la revista más importante sobre deportes en Argentina. Cuando terminaba su adolescencia como alumno del Colegio Nacional de Buenos Aires, comenzaba a trabajar de periodista en el diario “The Standard”, de habla inglesa, anterior inclusive al más conocido “Buenos Aires Herald”.  En 1931 debutó en El Gráfico. Abogado, fue además socio del Buenos Aires Cricket & Rugby Club, árbitro y dirigente de la Unión Argentina de Rugby (UAR).  Cubrió todo tipo de partidos, desde encuentros en el ascenso porteño hasta giras internacionales de Los Pumas. De hecho, viajó a Sudáfrica con el seleccionado argentino.

 Mackern vivió 90 años, y hoy, como todo el que escribe un libro, su recuerdo reverbera entre nosotros a través de lo que dejó escrito. Una vez comprada su obra por un precio económico en un stand del Parque, encontramos los siguientes hallazgos:

Nunca jugó al rugby, lo que no lo impidió destacarse como referee, periodista y dirigente.

*Pudo reconstruir la historia de los comienzos del CASI por el testimonio de su amigo Oscar Meana, uno de los fundadores del club sansidrense.  Párrafo aparte: un proverbio africano dice que “cuando muere un anciano es como si se quemase una biblioteca llena de libros”. ¡Hay que registrar las historias de los mayores!

*El CASI, fundado originalmente en 1902 como un club de fútbol, se afilió a la entidad que regía el rugby argentino en 1917.

*De ese primer equipo del CASI, que salió campeón el mismo año, el grupo mayoritario de jugadores venía de GEBA. Y la remera original era roja, tomada del equipo de la Facultad de Medicina, en donde otros compañeros habían jugado.

*Uno de esos pioneros del rugby en el CASI, Jorge Hirschi, había jugado al deporte de la ovalada en Estudiantes de La Plata, y años después llegaría a presidir ese club platense.

*En 1917, a la asamblea anual de la Unión de Rugby del Río de la Plata asistieron apenas 3 delegados: los de Belgrano,  Buenos Aires y Lomas.  El campeonato de ese año lo disputaron, además de esos equipos, lo del CASI y Sportive Francaise, antecesora de Deportiva Francesa.

*La final el CASI se la ganó a Belgrano, se jugó en la cancha de Lomas y todo lo recaudado fue a beneficio del Hospital Británico.

*En 1919 se afilia CUBA, y presenta como su primera cancha un terreno ubicado en Dock Sud. Y ese año, como preliminar de un partido de fútbol entre los seleccionados de Argentina y Uruguay, se jugó un encuentro de rugby entre dos equipos denominados “Argentinos” y “Anglo-porteños”.  En 1920, la final entre el CASI-que ganó todos los torneos entre 1917 y 1930-y Belgrano, se llevó a cabo en la cancha de Porteño, en los Bosques de Palermo.

*El misterioso Huemac, que jugó en Primera en 1922, había sido formado por ex jugadores de la YMCA, y jugó de local en el campo de deportes del Buenos Aires English High School, en el mismo lugar donde existe hoy en día, a metros de la cancha de Belgrano Athletic.

*Old Georgians, que está reafiliándose a la URBA, se inscribió por primera vez en 1922. Y en 1925, se afilió Gimnasia y Esgrima de La Plata, que ya practicaba fútbol organizado desde muchos años antes. Por esos años, Hindú hacía de local en la cancha del Club Ferrocarril Sud, en Remedios de Escalada.

*Por aquellos, años, los referees dirigían de blazer y/o pantalones largos blancos. Y, según Mackern, “era rarísimo que un jugador cuestionara un fallo y los silbidos y rechiflas del público eran desconocidas”…..mejor, por el momento, cerrar este repaso por el libro de “Freelance”…