jueves, 22 de septiembre de 2011

Panamericana y 202

“Para vos, papá, por tu cumpleaños”, dice Daniel Salas, con el índice que apunta a su padre camionero, que fue a verlo jugar por primera vez y que, desde el costado de la cancha, con campera, gorro y las manos en los bolsillos, devuelve una sonrisa. ¿Fútbol? No, rugby. A pocas cuadras de la Estación Bancalari, en la zona norte del Conurbano bonaerense,  Daniel acaba de hacer un try para el equipo en donde juega, una categoría juvenil del Virreyes, que le gana a SITAS, de El Palomar. Pero el Virreyes Rugby Club no es como cualquiera de los clubes tradicionales. Además de permitirle a muchos chicos de barrios populares que jueguen ese deporte, ofrece becas de estudio, clases de apoyo y algo tan invisible como importante: sentirse parte de un proyecto en común.

  “Nuestras mujeres apadrinan un colegio de Virreyes. Como yo entrenaba rugby infantil y siempre me interesó lo social, me pregunté: ‘¿Para qué tanto rugby en mi vida?’. Y cuando surgió el proyecto, me dije: ‘Claro, tanto rugby fue para esto’, recuerda Marcos Julianes,  ex jugador del Club Atlético San Isidro y actual vicepresidente del Virreyes, mientras alienta desde afuera a los chicos.

 Junto a otro ex rugbier, Carlos Ramallo, fundaron la institución y convocaron a un grupo de gente bastante nutrido que hoy le pone el hombro al VRC, que incluye hasta una socióloga, Eleonora Jaureguiberry. ¿Quién es el entrenador del plantel superior, que juega en la última categoría del rugby porteño? Rodolfo “Michingo” O’Reilly, ex coach de Los Pumas y ex secretario de Deportes de la Nación.

 “Se fue sumando más gente, desde 2003. Se fueron juntando fósforos e hicieron una fogata”, agrega Julianes.  “Es cierto que en 2002 había una crisis muy fuerte y mucha movilización en la gente”, dice. La Municipalidad de San Fernando les dio los terrenos de su actual sede, a unas diez cuadras de Panamericana y Ruta 202. Hoy, 400 chicos de 6 a 19 años juegan al rugby en el Virreyes. También forman parte del club unos 60 socios  mayores y 200 socios benefactores.

     ¿Qué puede aportar socialmente este deporte? Julianes contesta: “Disciplina, asumir compromisos, trabajar en equipo. Todas cosas que sirven para la vida misma. El rugby en sí, por su juego, hace que sea difícil el estrellato individual.”. Señalando un scrum-esa formación en la que ocho jugadores de cada equipo se empujan, agachados, ejemplifica: “Ahí, en un scrum, ves que hay muchos esfuerzos anónimos. Y hay además un tema ético, porque si no tenés valores podés lastimar al rival en esa formación.” Termina el partido 81 a 9 para Virreyes. Marcos y los familiares presentes felicitan a los chicos, que salen echando vapor de la boca, bajo el cielo gris de una tarde de domingo.  
  Ya en el tercer tiempo, Marcelo Taborda, uno de los forzudos que todos los fines de semana se pone la remera verde del Virreyes, cuenta: “Es un orgullo estar en este club. Es mi segunda casa Es un lugar donde juego y me río un rato”. A su lado, está Yamil Sarli, un flaco alto con olfato para capturar la pelota ovalada y marcar puntos, que cuenta: “No tenía ni idea de rugby, pero siempre veía partidos de Los Pumas”.

  También se integra al trío Hernán Duarte, jugador rápido y habilidoso, que dice: “Me encantó desde el primer día. Siento unas ganas tremendas de jugar por la camiseta, y estoy muy agradecido al club. En unos años, me gustaría ser Ingeniero Electrónico y seguir jugando acá.”  Uno de los requisitos del Virreyes es que los chicos mantengan sus estudios.
  “Si pelota por medio somos iguales en una cancha de rugby un sábado a la mañana, podemos ser iguales en todos lados. Pero la integración no sería tal si esa igualdad no se diera en otros órdenes. Por eso, sin educación la igualdad sería una ficción”, reconoce Julianes.

   Por un convenio con el Ministerio de Desarrollo Humano bonaerense, el Virreyes canaliza 180 becas de estudio, para que los chicos se mantengan en el sistema educativo. “Solamente la cobran los chicos que estudian. Y de los 180 becados, solamente cinco o diez dejaron los estudios,” precisa Julianes. El Virreyes también ofrece apoyo escolar gratis dentro del club, merienda para los que estudian y entrenan ese día, y charlas sobre distintos temas, como prevención de adicciones. Además, tienen becas para estudios universitarios.

  El grueso de la dirigencia proviene de clubes de rugby reconocidos. Las relaciones conseguidas en ese ambiente permitieron que el Virreyes haya obtenido muchas cosas: los movimientos de tierra en el predio,  ladrillos y chapas, hamburguesas, gaseosas, botines, camisetas, dinero en efectivo.

 Con esfuerzo, el Virreyes logró concretar el cerramiento del salón del club. En la planta baja, se realizan los terceros tiempos, y padres de jugadores venden café y tortas para recaudar fondos. En un primer piso, una sala con computadoras es el lugar donde se dan clases de apoyo escolar.

  Desde 2010, el club juega con su plantel superior en el Grupo IV de la Unión de Rugby de Buenos Aires. El entrenador, queda dicho, dirigió nada menos que a Los Pumas en los ’80. Él, O’Reilly, al lado de la línea de cal, da indicaciones como si estuviera en el seleccionado nacional. “Marcos Julianes, a quien conocía del CASI,  me comentó del proyecto del Virreyes, y a los quince días de esa charla me acerqué. Y no paré desde ese momento”, dice.

   “Creo que una de las claves de que el club haya crecido tanto es que hay una enorme cuota de locura, en el buen sentido, en todos los que conducen la institución. Lo del Virreyes es un proyecto absolutamente apasionante, que nos ha llenado a todos los que participamos en él”, agrega. Hace 30 años, los rivales de su equipo eran Australia, Nueva Zelanda, o Francia. Ahora, son Beromama de González Catán, Defensores, de Glew, o El Retiro, de Hurlingham. Antes, los colores eran el celeste y blanco de Los Pumas, ahora, el verde, amarillo y rojo del Virreyes. Tanto en uno como en otro extremo, se mantienen el barro, los terceros tiempos, el olor a desinflamante.

Artículo publicado en la revista Tercer Sector, hace algunos años, y actualizado recientemente.

1 comentario:

  1. un vecino de virreyes =)22 de septiembre de 2011, 9:54

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