“Por aquí ya
estuve/te largas a reír/pues con mi zoom/dame un zoom/luz, cámara y acción”.
Así termina la canción “Zoom” de Soda Stéreo, cuyo video se filmó a mediados de
los ’90 en el Planetario de Buenos Aires.
Y acá empieza el fútbol en Argentina, o al menos el primer partido del que hay registros periodísticos, en junio de
1867, en lo que era el estadio del Buenos Aires Football Club, en una historia
que une a ese deporte con el rugby, ya que el actual Buenos Aires Rugby &
Cricket Club, “Biei”, fue la institución madre y hermana de ese primer equipo
porteño de futbolistas.
Gracias a un gran
amigo y mejor persona, conocedor del mundo de los libros y jugador de Biei
durante muchos años, Fernando López Llovet, supe de la existencia y pude leer “Tackle
al tiempo”, de Roberto Schamun. En ese libro, el autor, socio del mismo club,
recorre la larga historia de una institución pionera en tres deportes: rugby,
fútbol y cricket. En este mismo terreno donde desde fines de los ’60 se levanta
el Planetario Galileo Galilei, como una nave espacial olvidada por alienígenas
en el medio de Palermo, rodó por primera vez una pelota de fútbol durante un
partido del que hay constancia periodística. Y el rugby ya andaba metiendo la
cola.
Schamun cuenta que
en las primeras décadas del siglo XIX, después de las Invasiones Inglesas de
1806 y 1807, algunos residentes británicos en Buenos Aires se agrupaban, más o
menos informalmente, para jugar cricket, ese deporte del que los argentinos no
tenemos mucha idea y que lo asemejamos al béísbol. En 1861 le dieron encarnadura formal a las actividades y fundaron el Buenos Aires
Cricket Club. Después de peregrinar por
distintas canchas en Palermo, se asentaron en ese barrio, en lo que hoy es la
esquina de Figueroa Alcorta y Sarmiento, por esa época una zona de arroyos,
pajonales y palmeras. Muy pocos años
antes, esos terrenos habían pertenecido al gobernador de Buenos Aires, Juan
Manuel de Rosas.
El 8 de diciembre de 1864, es decir, hace 150
años, se inauguraba oficialmente el campo de deportes del Buenos Aires con un
torneo internacional de cricket. Schamun
extrajo estos datos del libro de actas 1864-1868 de ese club, que se conserva
en el archivo del Buenos Aires Cricket & Rugby Club, continuador
institucional de aquel. Poco después, un decreto del por entonces presidente
argentino, Domingo Faustino Sarmiento, traspasaría los terrenos de Palermo al
Buenos Aires y la institución lo nombraría-no era para menos- “socio honorario”.
Ingleses como Thomas
Hogg, J. Brookes y A.Brandshaw organizaron en ese predio las primeras carreras
de atletismo con reglas modernas, en Argentina, en 1866. Thomas Hogg y su hermano
James crearon otro club deportivo, el Buenos Aires Athletic Sports, con sede en la calle Florida y que
usaba el campo de deportes del Buenos Aires Cricket. El 30 de mayo de 1867, según el libro de
Schamún, los hermanos Hogg organizaron en Palermo un torneo con 13 actividades
diferentes, con mucho público “especialmente femenino”. Los apellidos de los ganadores de las
distintas pruebas acentúan el color inglés de los inicios del deporte
organizado en Buenos Aires: Roberts,
Jacob, Cooper, Smith, Howden, Simpson, Bennet, Jackson y Perry, entre otros.
La era del fútbol
El Buenos Aires Cricket era una especie de hermano mayor del Buenos Aires
Athletic, ya que los socios de las dos entidades eran prácticamente los mismos.
Siguiendo esa dinámica, el ya mencionado Thomas Hogg y otros asociados crearon
un tercer club, el Buenos Aires Football Club (BAFC), con sede en la calle
Temple (actual Viamonte), y que iba a utilizar el predio del Buenos Aires
Cricket para sus partidos de fútbol, toda una novedad en la época.
El primer encuentro se iba a jugar en el barrio de La Boca, pero se
suspendió por mal tiempo. Y, finalmente, el 20 de junio de 1867, socios del
BAFC jugaron entre sí el primer partido de fútbol del que hay registro en
Argentina, ya que la crónica del mismo salió publicada al día siguiente en el
diario “The Standard”. Los equipos se diferenciaron usando uno gorras rojas y
otro blancas. De acuerdo a Schamun, ganó
el equipo de Thomas Hogg, el del color rojo, por 4 a 0 y ese encuentro original
duró….2 horas. Víctor Raffo, un profundo conocedor de la historia del deporte
en Argentina, cuenta que Thomas Hogg y Walter Heald llegaron dos horas y media
antes del comienzo del encuentro, adaptaron la cancha de cricket de Palermo
para el fútbol, picaron pan, queso y cerveza en el legendario Café “Hansen”,
que quedaba enfrente, y esperaron a que llegara el resto de los jugadores.
La era del rugby
Por esos años, no estaban claramente diferenciados el rugby y el fútbol,
y en ocasiones se jugaba una mezcla de ambos, En la propia Inglaterra, cuna de
las reglamentaciones modernas de esos dos deportes, no estaban consolidadas las
diferencias. En Argentina sucedía lo mismo y en de acuerdo a “Tackle en el tiempo”, en 1874 los socios
del BAFC adoptaron definitivamente el código reglamentario del rugby cuando
jugaron el primer partido bajo esas leyes en un estadio en Flores. En paralelo,
el fútbol fue decayendo entre los socios de Biei y los últimos partidos de ese
deporte jugado por el club llegan hasta 1881.
Pero el Buenos Aires Football Club había iniciado otra etapa, refundado
en 1866 y concentrado en el rugby, mientras también seguía con vida el Buenos
Aires Cricket, el club “madre” del anterior y, de hecho, dueño de los terrenos
famosos de Palermo; el 20 de junio de aquel año, en Flores, se jugó otro
partido de rugby entre dos equipos del club. Y nueve días más tarde, con
refuerzos del Club Ferrocarril Sud, un representativo de los palermitanos jugó
en Rosario con el Athletic de esa ciudad. Durante un puñado de años, los
partidos del Buenos Aires se jugaban en ese Polo Ground de Flores, que
regenteaba un religioso anglicano, el Reverendo Gybson Spilbury.
En 1891 se jugó el primer torneo porteño de rugby, y el BAFC ya lucía el
color azul en la camiseta, que identifica hasta hoy a BIei. En 1893 se decide
dejar el campo en Flores y seguir con el rugby en el predio-ya entonces
histórico-de Palermo. A fin de 1899, a instancias del BAFC, se creó la Unión
del Rugby del Río de la Plata, y Buenos Aires fue uno de los 4 clubes
fundadores, junto a Belgrano Athletic,
Lomas Athletic y Atlético del Rosario. Al año siguiente, con el fin del siglo
XIX, Biei salía campeón por primera vez.
Por esos tiempos, el club alternaba entre su campo y la cancha de
Talleres de Remedios de Escalada, lo que no era extraño en la época, ya que las
dos entidades habían sido fundados por ingleses. En 1915, cuando la Primera
Guerra Mundial ya llevaba un año, Biei comenzó a desgranarse, al irse varios de sus jugadores
de rugby a pelear del lado del ejército británico, contra la alianza formada
por Alemania, Austria y Hungría. Lyle Blarr, Bladgen, Clarke, Crawford y Rogers
fueron algunos de los deportistas de Biei que murieron en esa guerra. Esas pérdidas
hicieron que el club durante 1918 dejara momentáneamente de jugar el torneo
porteño, por escasez de jugadores. Por ese entonces, los azules de Palermo
tenían 89 socios.
Con el tiempo, Biei se pudo recomponer. Cabe
aclarar que el club ganó el campeonato máximo del rugby de Buenos Aires en
1900, como queda dicho, y en 1901, 1902, 1903, 1904, 1908, 1909, 1915, 1958 y
1959. En los 40’ sucedió algo clave: un incendio destruyó casi todas las
instalaciones de esa cancha en donde se había jugado el primer partido de
fútbol del que hay registros en Argentina. Al ser de madera gran parte del
estadio, es simple imaginar cómo las lenguas de fuego lamieron al club en pocas
horas hasta dejar gran parte en cenizas. Algunos aseguraron que el incendio fue
intencional, y lo atribuyen a algún sector del peronismo que gobernaba al país
en ese 1948. Nunca se pudo comprobar ese
rumor. Lo cierto es que por un decreto presidencial, se le sacaron esas
instalaciones a Biei. Ante el nomadismo, por fin, los dos clubes sobrevivientes,
el Buenos Aires Cricket Club y el Buenos Aires Football Club se fusionaron y
dieron forma al Buenos Aires Cricket & Rugby Club.
Biei consiguió un predio en Don Torcuato, que usó muchos años; luego
construyó otro en San Miguel, que llegó a alojar un estadio muy grande en donde
jugaron Los Pumas en varias ocasiones. Y hace pocos años recaló en San Fernando,
al lado del Virreyes Rugby Club. A nivel rugby, los azules siguen en la máxima
categoría del rugby porteño, aunque no siempre cerca de la punta. Pero esa es
otra historia.
La del predio de Palermo era la principal. Y una tarde
de primavera, con el Planetario de fondo, leo en el monolito blanco, instalado en 1934, que recuerda que allí se jugó el primer partido de fútbol en Argentina y las primeras veces de otros tantos deportes. Y fue un día como hoy, 8 de diciembre, pero hace 150 años, cuando se inauguró el predio, originalmente para jugar cricket. Ahora las estrellas del fútbol titilan en otros estadios y las otras se pueden ver en el Planetario y,cuando las nubes lo permiten, en el cielo.
Muy buena.
ResponderEliminarJorge Búsico