miércoles, 11 de diciembre de 2013

¡Cielos!




  “Las palabras como la violencia /rompen el silencio/Irrumpen con estruendo/en mi pequeño mundo”, dice, originalmente en inglés, claro está, Depeche Mode en “Enjoy the silence”, joya de 1990. En el video de la canción, David Gahan interpreta a un rey que, apenas acompañado por una reposera, deambula por un paisaje de montaña, contemplando un mar de piedras y nubes. Y termina diciendo: “Disfruta el silencio”.  En enero de 2014, quien quizá esté paladeando los sonidos de las alturas sea César Padilla (en la foto, durante uno de sus viajes), junto a 4 compañeros más.  Profesor de Educación Física, Licenciado en Alto Rendimiento Deportivo, preparador físico del Club Banco Hipotecario y entrenador de las Vikingas, el equipo de rugby femenino de Gimnasia y Esgrima de Ituzaingó (GEI), César, nacido en Lomas de Zamora, piensa clavar en la altura del Aconcagua, una bandera. ¿La argentina? Puede ser, pero aparte otra; la de Rugby Inclusivo, la escuela para chicos con síndrome de down que funciona todos los sábados en Banco Hipotecario, en Villa Celina. “El Aconcagua es para todo aquel que se esfuerce, tenga valores muy altos y sea capaz de trabajar en equipo… y el rugby es un deporte para todos y reúne las mismas virtudes”, dice Padilla.

  Después de un paso fugaz por el deporte de la ovalada cuando era estudiante, él comenzó a acercarse a la preparación física y la docencia del rugby. Desde hace 10 años, trabaja en Banco Hipotecario, y en 2014 será coordinador de la preparación física de los planteles del club. Además, durante 2013 condujo a las Vikingas, que salieron campeonas del torneo femenino de la URBA, por primera vez en su historia. Y, en paralelo, también se acercó a las montañas.  “Una de mis actividades preferidas, aparte del rugby, el atletismo y otros deportes, es la alta montaña. El año pasado hicimos una bastante difícil, el volcán Llullailaco, en Salta, y este año queríamos una más difícil: el Aconcagua”. Para la aventura a la montaña mendocina, techo de América del Sur, subirá con otros 4 montañistas.

  “El año pasado colaboré con una ONG que hace campaña por el cuidado del agua. Me parece bueno colaborar con alguien, ya que estas actividades tienen mucha exposición. Y pensé en Rugby Inclusivo porque están en mi club, Hipotecario. Les planteé la idea de llevar su mensaje y una bandera a la cima, se coparon y estamos trabajando en eso. En sí, el objetivo es alcanzar la cumbre más alta de América, como algo personal, algo que me ayuda a crecer, y si ese evento puede ayudar a alguien,  sumémoslo””, dice.

-¿A nivel personal  qué te lleva a exponerte a ese ascenso?

-  Amo el deporte…en el atletismo de fondo buscás ir cada vez más lejos e ir más rápido, y en alta montaña, buscás algo que  supere lo anterior. Y la raíz de eso es desafiarse uno mismo.  El Aconcagua presenta muchísimas dificultades, para alguien preparado es muy desafiante.

  Una persona nacida en Lomas, sin parientes con la práctica intensiva de algún deporte o del trekking, planea trepar una montaña de 7 mil metros, junto a otros 4 hombres.  ¿Locura? “Es un encuentro y un desafío a la naturaleza. La relación con las montañas no la aprendí en ningún lugar, hice muchos campamentos y travesías, y cuando pasaban los años y crecían las dificultades, querés seguir”.  Él ha hecho caminatas, subidas y ascensos a montañas de Salta, Córdoba y Río Negro.  “El año pasado, hicimos el Llullailaco, el volcán en donde encontraron hace unos años momias incas. Era complicado, porque es un lugar sin infraestructura. Llegué hasta los 6200 metros y la cumbre estaba en los 6500 metros, pero por frío en los pies, no pude seguir”.

    Para llevar el mensaje de Rugby Inclusivo hasta la punta del Aconcagua, hay gastos de todo tipo. Sin embargo, César cuenta que tiene la mayor parte del presupuesto cubierta por sponsors.  Él y otros montañista de Buenos Aires salen de la Capital el 2 de enero, y se encuentran con los demás, que vienen de Salta, en la ciudad mendocina de San Rafael. Ahí comprarán y alquilarán las últimas cosas, y el 4 parten hacia Los Horcones. Los primeros días subirán y bajarán, para ir aclimatándose. El último campamento se llama “Berlín”, y de ahí atacarán la cumbre. La idea es intentar llegar el 13.

  “La cabeza tiene que prepararse….nos vamos a agarrar mareos, vómitos, insolaciones, hipotermia…pero la experiencia hace que uno llegue mejor. Ah, en los primeros campamentos, la temperatura está entre los 0 y los 15 grados, pero más arriba puede llegar a 30 grados bajo cero. Somos 5 varones, todos estaremos en una carpa de 3 personas. Va  a ser divertido”,  dice.

  Si prepararse en una pretemporada de rugby es duro, para subir una montaña el esfuerzo parece mayor. “Entrenamos 4 veces por semana, yo hace poco corrí los 42 kilómetros de la maratón de Mar del Plata, una prueba muy dura por el calor y las pendientes, la elegí para trabajar la templanza. Terminé destruido”, cuenta Padilla. ¿Y cómo recrear la situación de montaña en una zona llana como el Gran Buenos Aires? “Y, lo más similar es en una pileta, donde hacemos ejercicios para esforzarnos en contener el aire. Después el resto es mucho gimnasio y correr mucho”, agrega.

  Esfuerzos, ejercitar, entrenar. Y  él también entrena a las Vikingas. “Trabajé en rugby femenino por el placer de hacerlo. Espero seguir en Gei, veré mis tiempos. Yo venía de terminar la licenciatura en Alto Rendimiento Deportivo, y quería trabajar en grupo para desarrollar buenos equipos. En Hipotecario manejo grupos muy grandes, en femenino son 15 jugadoras, uno puede abarcar más. El desafío fue tomar un grupo de jugadores y volverlas un equipo”, cuenta, y afirma ue las Vikingas mejoraron “en lo actitudinal y en la disciplina”.

  Entre los manchones de nieve y las rocas, estará representado Rugby Inclusivo y sus valores. “Bueno, el rugby transmite valores de forma inmediata, porque un chico gordo y otro petiso son bien recibidos, en otros deportes, si no tenés habilidad”, remata César. Desde distintas zonas de Capital y Gran Buenos Aires, además de los familiares de César y sus compañeros, también estarán haciendo fuerza los chicos de la escuelita de los sábados de Rugby Inclusivo, como Lautaro, Tomás, Joaquín, Catalina, Nahiara, Enzo, Richard y muchos  más.  Como cierra la canción Depeche Mode, tanto ahora como en el Aconcagua: “Enjoy the silence”.

1 comentario:

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