“Ya probé, ya fumé,
ya tomé, ya dejé/ ya firmé, ya viajé, ya pegué/ ya sufrí, ya eludí, ya huí, ya
asumí/ ya me fui, ya volví, ya fingí, ya mentí /y entre tantas falsedades,
muchas de mis mentiras ya son verdades/ hice fácil las adversidades y me
compliqué en las nimiedades.” Y mientras
el Cuarteto de Nos canta su canción por la radio, la oscuridad del otoño cae sobre Flores.
Calle Varela hacia el sur, una pescadería abierta y una mujer señalando con el
dedo qué calamares va a llevar, una confitería a punto de cerrar, el Hospital
Piñero y las luces prendidas de habitaciones que contienen quién sabe qué
historias, las paredes del Cementerio,
la terminal del 132, un taller mecánico con un perro negro en la vereda, y una esquina.
La de la sede
central del Club DAOM, aquel fundado en 1927 por los empleados municipales y
que con los años se abrió a los vecinos de distintos barrios que, con el rugby
y con el béisbol levantaron los colores azul, blanco y rojo de su escudo. El
predio es grande y algo laberíntico. Después de escurrirse por la calle
interior del club, se llega a la zona de las canchas, donde se practica tenis,
béisbol, hockey, y claro está, rugby.
Esta noche desborda de rugbiers varones, de distintas categorías. Pero en uno de los sectores del predio,
también están Las Panteras, el equipo de mujeres nacido en 2009. A pocos días
de que comience un nuevo campeonato de la URBA, cuyas actuales campeonas son
Las Vikingas de GEI y La Plata Rugby,
las chicas de DAOM se entrenan con rigor.
La primera parte del
entrenamiento se la lleva la preparación física. A cargo de Cris De Vita, “La Peti”, practicante de muchos deportes,
jugadora del plantel y, a la vez,
profesora de Lengua y Literatura, Las Panteras
hacen piques, flexiones, pases. “Bajá la
espalda”, indica De Vita a una compañera, en plena sesión física. De fondo,
llegan los gritos de los entrenadores de las categorías juveniles: “Todo mal,
todo mal, todo mal están haciendo”, se ofusca uno, mientras que el de otra
división se queja ante sus dirigidos: “¿Es tan difícil lo que les digo que
hagan”? A unos 50 metros, dos chicos de remeras negras practican bateo de
pelotas. La luna, redonda y con una gran
aureola grisácea, parece uno de los tantos faroles que alumbran la noche en el
predio.
Termina la fase
física, y De Vita comenta, mientras las jugadoras se trasladan a otra cancha
para la parte técnica: “Empecé a jugar hace 4 años, por intermedio de Flavia
Pugliese, que siempre me venía hinchando con que juegue. En un cumpleaños de
ella conocí a Aurore (nota del r: Aurore, francesa de Lille y jugadora de
DAOM desde hace años), vine y me enganché definitivamente. Yo había hecho
muchos años tenis en Vélez Sarsfield, y también corrido maratones y jugado
fútbol, cosa que sigo haciendo”.
Cabe recordar que
Flavia Pugliese fue una de las pioneras del rugby femenino en el club de
Flores. Murió asesinada en 2011, en un hecho de inseguridad por el que no hay
ni hubo detenidos. Este domingo se realizará, como todos los años desde su
muerte, una maratón en homenaje a Pugliese y en reclamo del esclarecimiento del
crimen. Varias compañeras de Flavia en DAOM participarán de la carrera, que se
hará en la localidad de Villa Sarmiento.
Por estas mismas
canchas pasó Flavia Pugliese. Ahora, su amiga De Vita, continúa con el relato: “Para este campeonato
tenemos 15 jugadoras fichadas. El rugby femenino está creciendo, en parte por
la difusión, también por la existencia del seleccionado nacional femenino, Las
Pumas, y porque la URBA está dando más atención que antes. Pero todavía quedan bastantes personas,
dentro del rugby, con una visión muy machista, que piensan que el único deporte
para las mujeres es el hockey”. Para el
campeonato 2014 que comienza este domingo en las instalaciones de La Plata, se
anotó una cantidad récord de clubes: 15. La lista está formada por los locales,
DAOM, Universitario de La Plata, GEI, Centro Naval, Almafuerte, Ezeiza, SITAS,
San Miguel, SAPA, Las Heras, Tiro Federal de Baradero, Lanús, Berazategui y
Atlético San Andrés.
Comienza la parte
técnica, a cargo de Ariel Doeyo, ex tres cuartos de DAOM en los ’80, arquitecto
de profesión y también uno de los entrenadores de la M-18 de varones del club. Mientras
se escuchan raquetazos y el sonido de las pelotas amarillas picando sobre los
flejes de las canchas de tenis, y los gritos de las jugadoras de hockey que se
entrenan cerca, Las Panteras comienzan los ejercicios técnicos; pases cruzados,
estrategias de defensa y ataque, prácticas sobre cómo abrir el juego de un
ruck, posicionamientos.
Cuando el entrenador
lo considera, interrumpe la práctica e indica correcciones. A los pocos
segundos, la pelota vuelve a girar entre las manos de las jugadoras. “Decisión,
decisión”, ordena el coach. Y las Panteras profundan la tarea. Uno de los chicos de remera negra que
practicaba béisbol un rato antes, pasa por el costado del entrenamiento, con un bate también
negro, y mira, quizá sorprendido, bajo la luz de las torres y de la luna
aureolada.
Termina el
entrenamiento, El entrenador, amable, se acerca y se dispone a la charla, en el
bar del club. “Los resultados que puedan darse en el torneo son consecuencia de
un proceso y de un compromiso. Me conformo con que estas chicas conformen lo
que yo considero que tiene que ser un equipo de rugby. Lo importante es
comprender el significado de llevar la camiseta de DAOM”, dice.
Doeyo pertenece a
las camadas que se tomaron mayor protagonismo en la conducción del rugby del
club durante los últimos años, que coinciden con un crecimiento en juego y
resultados (también hay proyectos sociales en la entidad, como DAOM Solidario y las recorridas que algunos jugadores hacen en invierno por la zona para acercar contención a personas que viven en la calle). “Gente de mi época tomó la
posta; en este tipo de clubes falta de todo... managers, entrenadores. Me metí con el rugby femenino porque si yo
puedo darle a gente de DAOM algo que yo pueda dar, sean hombres, mujeres,
chicos o grandes, lo voy a hacer.”
El entrenador, que
en paralelo conduce un grupo de jugadores juveniles, responde, sobre qué tiene
que cambiar un coach al manejar un equipo formado por mujeres: “No tengo idea
(risas)…hay que ir llevando la situación. Hay situaciones distintas a las que
existen en un grupo de hombres, habrá que ir adaptándose. Lo que sí, acá son todas adultas, que vienen
por voluntad propia. Lo importante es lograr que confíen en quien está al lado,
dentro de la cancha. Cada una de las 7 que entran, tiene su responsabilidad. La
palabra clave es compromiso”.
Se despide Doeyo.
Las Panteras se han ido retirando; De Vita, Aurore Bar, Yamila, Ayde, Natalia,
María, Florencia, Carolina, Gina, Alex, Eva. El jueves será el último entrenamiento, y el
domingo, al fin, el debut. En DAOM ahora quedan menos personas; los autos,
despacio, buscan la salida. La esquina de Varela y Castañares, la medianoche
que se acerca, el semáforo en rojo, un colectivo 76 vacío. En la radio ahora
canta Soda Stéreo: “…sólo encuentro en la oscuridad, lo que me une, con la
ciudad de la furia”.
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