martes, 23 de julio de 2013

¿Frío? ¡Te fuiste!


  Personalmente creo que todo esto es una locura”, dice la canción de Las Pelotas que suena por Mega, en La Noche del Rock, conducida por ese gran locutor que es Alejandro Scarso.  El tema rebota por una Avenida Beiró vacía, con una llovizna que es casi aguanieve. Sobre las veredas, los plátanos tienen sus ramas peladas, que parecen dedos torcidos que apuntan al cielo oscuro de Buenos Aires.  Quedan atrás los clubes Comunicaciones y Arquitectura, que supieron tener varios años equipos de rugby, y, ya en Nazca, ahora se escucha “Blues de la artillería”, de Los Redondos, esa que dice “cierran los bares donde vas”, justo lo que sucede en las últimas horas de un lunes, con locales que bajan las cortinas con apuro.  Cerca de Caballito, aparece por el aire La Mancha de Rolando, que en “Olvidarte”, dice “Es tarde y no hay nadie por acá y hace frío.” A los pocos minutos, se llega a Parque Chacabuco, más precisamente a la vereda de la “calesita de Tatín”.

  Muy pocos caminan por las calles a esa hora.  Sin embargo, sobre el cordón, un grupo de pibes, todos bien abrigados, charlan entre ellos. Algunos juegan al rugby en DAOM, el histórico club de Varela y Castañares, otros lo hicieron pero ya no, y algún otro es amigo pero nunca tocó la pelota ovalada. Y hasta hay dos jugadores de básquet de San Lorenzo. A los pocos minutos, desembarcan de un auto más personas, y dos chicas, Yanina y Aurore, jugadora de Las Panteras, de quien hablamos acá

  Guido Bonofiglio, estudiante de Ingeniería de Sistemas de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), cuenta: “A principios de mayo de este año empezamos esto, que llamamos ‘Frío te fuiste’.  Lo armamos básicamente junto a los chicos de las categorías 90 y 91 de DAOM. Nos reunimos en Parque Chacabuco, y cubrimos un radio de más o menos 10 cuadras a la redonda, para llevarle comida y abrigo a personas que viven en la calle. La mayoría vive debajo de la autopista”. El grupo, que esta noche está formado por unas 15 personas, se divide para comenzar la recorrida.  Mientras dos toman sus bicicletas para transportar las cosas, otros se suben a un auto y el subgrupo de Guido va a pie. Son cinco personas que caminan por la Avenida Asamblea y giran por Curapaligüe, portando termos con café, bandejas con pastel de papas que cocinaron Yanina y Aurore y bolsas con ropa.  Enfrente, la iglesia Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, iluminada con reflectores, con una estatua de la Virgen María que parece vigilar desde el remate de la cúpula, muy cerca de la Autopista 25 de Mayo.

  Precisamente, bajo la autopista, hay mesas y bancos de cemento, faroles prendidos y cinco personas sentadas. Una de ellas grita: “Ehhh, Daomm!!!”.  Aparecen las bandejas con el pastel de papas, de los termos sale café caliente, también Yanina ofrece piononos con dulce de leche.  Una chica con mirada triste está sentada en unos de los bancos.  Tiene un moretón indisimulable debajo del ojo izquierdo. A su lado, en un cochecito, está su bebé de 9 meses, tapado con abrigos y con un gorrito de lana en la cabeza.

 Cerca, al lado de una bolsa con bananas, está Omar.  “Soy de Montevideo, hincha de Peñarol y de Racing de Montevideo. Hace 4 años que vivo acá, y 7 que llegué a Buenos Aires.  Cartoneo; el cartón te lo pagan el kilo a setenta centavos, acá en un depósito enfrente de la cancha de San Lorenzo. Pero yo trato de juntar papel blanco, latitas y metales, que te lo pagan mejor. Además cartón no puedo llevar, no tengo carro ni nada.  En un viaje puedo hacer 50 pesos. Capaz que en un día puedo hacer 2 o 3 viajes.  Prefiero hacer eso. Acá siempre vienen y me dicen ‘eh, dale, vamos a afanar’.  Y yo les digo siempre: ‘No, déjame tranquilo’. Yo prefiero trabajar.”  Las bananas se las dejaron empleados del gobierno de la ciudad, que reciben llamados al 108 sobre personas en situación de calle. Omar dice que también les dieron gorros y guantes.  Alguien comenta: “Es la primera vez que aparece gente del 108 por esta zona”.

  De esta ranchada forman parte además “El Equi” y Alfredo, que termina el pastel de papas y asegura: “Está muy muy rico”. También vive otra chica, que mientras habla se sube y se baja la parte inferior de un buzo, todo el tiempo. Ella cuenta: “Estoy yendo al psicólogo y al psiquiatra, me dieron medicación, Clonazepam, y empecé hoy. Yo no consumo nada de nada pero soy esquizofrénica e hiperkinética, viste.”  Se reservó parte de su porción de pastel de papas para después, avisa, mientras señala el plato que está sobre una de las mesas.

  Después de un rato de charla, la recorrida sigue.  Los que se quedan debajo de la autopista, se acomodan en unos cartones que hacen de techo entre una de las columnas que sostiene la estructura y el enrejado que da a Curapaligüe.  Los chicos de Frío te Fuiste comentan lo que vieron lo que escucharon, intercambian impresiones.

 “Queríamos hacer algo bien por el barrio, para la gente que vemos en la calle, para acortar distancias, y tratar de que  DAOM se integre al barrio.  Y Yo quería que nosotros hagamos la comida, y darlas a las personas, entrar en con contacto directo”, dice Guido. Por su parte, Yanina afirma: “Cocinamos en mi casa y después pasan los chicos a buscar la comida y salimos”. Otro lunes prepararon 18 porciones de polenta, junto a Aurore, y Laura Brandimarte y Laura Weyer, otras amigas.  “Otras veces  hice arroz con salsa, guiso de lentejas….muchos hacen sopa, pero con verduritas,  carne, de todo”, agrega.

  Ella encabeza el proyecto Daom Solidario, mediante el cual recolecta en el club donaciones de todo tipo (alimentos, ropa, hasta muebles) que luego destina tanto a Frío te Fuiste como a fundaciones  contactadas a través de la Red Solidaria. ¿Qué necesitan? “Ropa de abrigo, frazadas, galletitas, turrones, alfajores,  leche larga vida, salsas, lentejas, fideos, arroz”, contesta.

  En tanto, Bonofiglio, explica: “Necesitamos ropa y frazadas, pero hay ropa que no se puede dar, cosas agujereadas, por ejemplo. O sea, ropa que vos no la usarías, ropa que no te pondrías, no la donés”.   Ambos ofrecen direcciones de contacto: friotefuiste@gmail.com y daomsolidario@hotmail.com.

  En otro lugar debajo de la autopista, cerca del acceso a la estación Medalla Milagrosa del subte de la línea “E”, sobre unas escalinatas pasa la noche una pareja. La mujer, que se llama Claudia, se levanta y acepta la comida y la ropa que se le ofrece. Le pregunta a su pareja, que se mantiene debajo de las frazadas, a 20 metros: “¿Querés pastel de papas”? “No, no”, contesta.  A los pocos minutos, el hombre se levanta y se acerca. Y acepta una bufanda que le dan los visitantes.  Claudia agradece todo el tiempo la comida, mientras su pareja se sienta en un cantero y come facturas que le acerca Aurore.

   Pasó una hora y media del inicio de la recorrida. Es hora de retornar. Claudia se despide y vuelve a su colchón, sobre las escalinatas. Su pareja se queda sentada. Frio te Fuiste regresa al punto de partida, en la vereda de la calesita de Parque Chacabuco. También hay espacio para hablar de rugby, y comentar el triunfo de la primera de DAOM ante Tiro Federal de San Pedro. Facundo Lorenzo , ala del equipo e integrante de las recorridas (en la foto junto a Guido y Julián Ongay), comenta: “Era un partido que teníamos que ganar”, dice, apuntando a que el equipo de remera azul, blanca y roja quiere mantener la categoría en el Grupo III.  DAOM aparece hasta en la ropa: Guido lleva una campera con los colores del club y está quien lleva un gorrito tricolor.

   Cerca de la una de la madrugada, cada uno vuelve a su hogar.  Algunos a pie, otros en bici, un par en auto. Se intercambian datos para dividirse las tareas, y saber quién puede traer ropa de hombre, pañales, café, zapatillas.  Por las calles no queda nadie, salvo Omar, “El Equi”, la mamá con su ojo morado, la chica en tratamiento, la pareja de las escalinatas…